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martes, 26 de enero de 2010

Acerca del porcentaje de cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo

Algunas personas me han enviado mensajes preguntándome acerca del nivel de cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo, a raíz de un dato que sobre este tema se ha venido mencionando últimamente. Ya en otra entrada de este blog me había referido a este tema, utilizando datos de diciembre del 2008. Quisiera ahora actualizar esa información, de manera que se cuente con indicadores reales y no se cite a MIDEPLAN como fuente de información incorrecta

A junio del 2009, un 64,5% de las 515 metas del Plan Nacional de Desarrollo se habían cumplido o exhibían un nivel de avance satisfactorio. Adicionalmente, un 14,6% de las metas registran un avance moderado, un 7,4% un atraso leve, un 8,7% un atraso crítico y un 4,9% de las metas no pueden ser medidas sino hasta que finalice el Gobierno actual. Un análisis detallado del grado de cumplimiento nos permite concluir que el 100% de las metas que tienen un avance moderado y de las que tienen un atraso leve se cumplirán sin contratiempos, incluyendo algunas que se concretarán incluso después de mayo, en tanto los recursos para su ejecución se encuentran incluidos en el presupuesto del Gobierno para este año.

Lo anterior significa que un 86,5% de las metas incluidas en el Plan Nacional de Desarrollo, que es el instrumento en el que se operacionalizan las aspiraciones planteadas al electorado en el Programa de Gobierno "Hacia la Costa Rica Desarrollada del Bicentenario" del 2006 se cumplirán. Del 13,5% restante por lo menos un 4% adicional de las metas se alcanzarán, la mayor parte después de mayo. Esto significaría un cumplimiento del Plan Nacional de Desarrollo mayor al 90%, lo que no deja de ser meritorio sobre todo considerando el entorno económico que imperó en el año 2009.

Por supuesto que hay mucho más por hacer. Los problemas del país se han venido acumulando por décadas, y requerirá de un esfuerzo sostenido enfrentarlos adecuadamente. Este Gobierno ha tenido el mérito de haber puesto a Costa Rica a caminar otra vez. Ojalá que no retrocedamos o demos un salto al vacío.

martes, 19 de enero de 2010

Dos reflexiones rápidas

Una revista noticiosa de la televisión nacional llama en su página web a emitir criterio acerca de la increíble idea de someter a los candidatos a la Presidencia a un detector de mentiras. Yo sé que se ha mentido en la política nacional y que hay candidatos que son capaces de renegar oportunistamente de su verdadero ideario político con tal de ganar una elección, pero hacer este tipo de sugerencia me parece ofensivo y malintencionado. ¿Por qué no preguntarle a la gente qué le parece la idea de someter a directores de medios a lo mismo?

Toda persona tiene el derecho de que sea tratada con respeto y que no se le estereotipe simplemente porque decidió poner su nombre a consideración del electorado. Esta infortunada propuesta del periodista Rodolfo González parte de la premisa de que todos quienes participan en esta contienda son mentirosos, cosa que por supuesto, dentro de la lógica que manejan ciertos medios respecto a los políticos y la política, confirmarán cuando ninguno acepte someterse a semejante vejamen como si fuera un delincuente.

Este tipo de cosas tienen un impacto y los periodistas deben estar conscientes de ello. Cierto que el descrédito de la política es primordialmente responsabilidad de los malos políticos (porque, aunque algunos en la prensa no lo crean, existen buenos políticos), pero reforzar prejuicios con propuestas temerarias, así como resaltar sistemáticamente lo negativo despreciando lo bueno que pueda haber en la política, puede causar un daño importante en la credibilidad de la gente. Y los medios deben recordar que cuando la gente se cansa termina optando por soluciones autoritarias que, lo hemos visto ya en muchos países, lo primero que hacen es ir por la prensa.

La segunda tiene que ver con la resolución de la Sala Constitucional ordenando al INCOFER que baje el volumen de los pitos de sus trenes. Aparte de las consideraciones de seguridad evidentes que genera tener trenes silenciados atravesando las ciudades, me parece que es urgente en este país revisar profundamente la Ley de Jurisdicción Constitucional. Uno sabe que esos temas no son atractivos en una campaña electoral, pero ya va siendo hora que de veras empecemos a discutir esas cosas. Hay que hacer algo para equilibrar la protección de los derechos individuales respecto a los derechos colectivos.

lunes, 18 de enero de 2010

Las diferencias en las encuestas

Sigo yo con el tema de las encuestas. Ahora que salieron las UNIMER y Borge, surge la pregunta acerca de la diferencia en los resultados, en tanto en la primera Laura Chinchilla obtiene 40,9% y Otto Guevara el 30,9% y en la segunda un Laura Chinchilla obtiene 53.01% y Otto Guevara 25.06%, utilizando los criterios de análisis que apliqué en una entrada anterior de este blog. Al respecto es importante hacer primero algunas observaciones:

- Ambos estudios se hicieron en un período de tiempo similar, el de UNIMER entre el 6 y el 12 de enero y el de Borge entre el 5 y el 9 de ese mismo mes.
- Borge hizo una parte de su encuesta telefónicamente y otra parte presencialmente; UNIMER no hace esta precisión por lo que se asume que todas las entrevista fueron presenciales.
- Hay una pequeña diferencia entre el tamaño de las muestras, pero no es significativa. Borge consultó a 1019 personas, mientras que UNIMER lo hizo con 1210.
- Ambas encuestas tienen un margen de error del 3,5% y un nivel de confianza de 95%.

¿Cómo, si todos estos elementos son coincidentes, hay resultados tan distintos?

Primero, no parece posible que haya un ambiente político tan volátil como para explicar la diferencia entre los escenarios que plantean ambos estudios. Aun cuando la encuesta de UNIMER se terminó tres días después que la de Borge, que una importante proporción de la gente haya cambiado de parecer en solo tres días parece poco probable.

Segundo, que Borge haya hecho parte de su estudio telefónicamente tampoco debe ser factor siempre y cuando se mantengan las proporciones correctas en la muestra. No tenemos información para confirmar o descartar esto, en tanto ya no se tiene acceso, como sí lo había antes, a las fichas técnicas completas de la encuesta.

¿Si no son estos factores, qué explica la diferencia? Existen algunos elementos que pueden influir. Uno es el cuestionario mismo y cómo se formulan las preguntas, porque eso puede incidir en las respuestas. Otro aspecto importante es la composición de la muestra. Para que una encuesta sea fiel, debe representar el universo total que pretende investigar. El ejemplo más sencillo para ilustrar esto es que si el electorado costarricense se divide en 51% mujeres y 49% hombres, cualquier muestra que pretenda ser representativa debe estar compuesta por porcentajes similares de hombres y mujeres. Lo mismo aplicaría para otros criterios como nivel educativo, lugar de residencia, ingreso y grupo etáreo, por ejemplo. Muestras con sectores sobrerepresentados o subrepresentados tendrán resultados sesgados.

El tema de la composición de la muestra es complejo porque además existen diferentes métodos para su definición. Sospecho que es en este ámbito en el que se dan las diferencias entre UNIMER y las demás casas encuestadoras, pero esto no es más que una especulación, dado que no tenemos la información necesaria para concluir con certeza. Y conste que no menciono esto tratando de sugerir que la muestra de UNIMER no sea representativa, simplemente digo que posiblemente haya una diferencia en la técnica de muestreo que puede explicar los resultados disímiles. Y menciono específicamente a UNIMER porque sus resultados son los que más se apartan de la media de las otras casas encuestadoras, que mas o menos han coincidido en presentar una situación electoral que hace parecer improbable una segunda ronda electoral.

jueves, 14 de enero de 2010

¿De vuelta?

Desde hace mucho tiempo se viene afirmando que el sistema bipartidista empezó a resquebrajarse en el 2002 y terminó de hacerse pedazos en el 2006. Yo siempre he tenido dudas sobre esta conclusión, pues han existido en la historia política de nuestro país coyunturas similares a la que vivimos en la actualidad, aun con matices diferentes, pero esencialmente iguales.

Me explico. Hace 4 años me decía mi amigo Alberto Cortés que la elección del 2006 había sido histórica pues se había caído "una de las torres gemelas de la política nacional", en referencia a la debacle electoral de la Unidad Social Cristiana. Para Alberto, así como para muchos otros colegas, esto, más el surgimiento del PAC constituía una prueba más de que el bipartidismo se encontraba en su ocaso y que a partir de ese punto era más probable la permanencia de un sistema multipartidista que un retorno al esquema bipartidista tradicional.

A mí me parecía que había que dar más tiempo para poder concluir una cosa como esta, pero de entrada pensé que igualmente posible era explicarse lo que estaba pasando acudiendo a la experiencia histórica, porque la torre gemela que se cayó en el 2006 se ha caído varias veces a lo largo de nuestra vida republicana. En efecto, los más importante grupos políticos que podríamos llamar de oposición al Partido Liberación Nacional han adoptado diversas denominaciones desde 1948: Unión Nacional, Republicano Nacional, Unificación Nacional, Coalición Unidad, Unidad Social Cristiana y Acción Ciudadana, producto de las sucesivas caídas de las torres opositoras a Liberación Nacional que han existido a lo largo de la historia. Le señalaba a Alberto que lo que a mí me parecía realmente nuevo respecto a la elección del 2006 era que por primera vez la oposición al PLN parecía recomponerse a la izquierda de ese partido, cuando lo tradicional había sido que lo hiciera a su derecha. Pero lo cierto es que la reinvención de las fuerzas antiliberacionistas ha sido una constante en la historia política de este país.

Incluso el escenario político actual tiene un referente histórico. En la elección de 1974 los partidos antiliberacionistas se presentaron separados a las elecciones y Daniel Oduber ganó las elecciones con un 43% de los votos. Aprendida la lección de esta elección, cuatro años después se gestó la creación de la coalición Unidad, que aunque encabezada por un ex-liberacionista se presentó a las elecciones como una alternativa de centro-derecha, para enfrentar de forma unitaria a Liberación Nacional. ¿Es posible algo así para el 2014?.

Si fuera así, bien podríamos cerrar el círculo iniciado en el 2002 y llegar a un escenario en que -nuevamente-, la oposición más fuerte al PLN se sitúe a la derecha de ese partido, sobre todo si el Movimiento Libertario sale fortalecido de esta elección. Pero hacer proyección de escenarios políticos en este país se ha vuelto casi imposible, dada la fluidez que, como acertadamente menciona Eduardo Ulibarri en su artículo del domingo pasado en La Nación, caracteriza al votante costarricense. Si algo he aprendido en estos últimos años es que en la política costarricense del siglo XXI todo es posible. Incluso ir de vuelta al bipartidismo.

lunes, 4 de enero de 2010

Nueva (y aburrida) clase de Metodología

Yo siempre le he dicho a mis alumnos que cualquier conclusión es aceptable si se basa en una rigurosa consideración de los datos empíricos. Decir que el Sol sale al este y que por eso los países asiáticos son más desarrollados es lógicamente válido y factualmente correcto, en tanto que el sol sale por el este y la mayoría de los países asiáticos son desarrollados. Que exista una relación entre puntos cardinales, cuerpos celestes y desarrollo es por supuesto discutible, pero no se puede negar la validez de las premisas. Por el contrario, cualquier conclusión que parta de la premisa de que el Sol sale al oeste no tendrá de partida ninguna validez, por más atractiva que parezca la conclusión.

Un error menos evidente pero más frecuente es una lectura poco rigurosa de los datos. Muchas veces esto se se produce cuando se ignoran algunos conceptos básicos o se quiere presentar la información a la luz de una intención determinada. Lo primero le pasa mucho a estudiantes y lo segundo sobre todo a algunos "analistas" y periodistas.

Las anteriores consideraciones ya las había hecho anteriormente en otra entrada de este blog , pero la publicación de una nueva encuesta en el Diario Extra me hizo pensar que sería oportuno reiterar los argumentos ya presentados y hacer una lectura más rigurosa de los datos de esta nueva medición. Aun cuando la misma periodista lo indica en esta nota (aunque de manera algo confusa), el eventual resultado de esta elección no sería el que se muestra en la portada del diario, obtenido al considerar la totalidad de la muestra encuestada -incluyendo quienes dicen que no votarán, un 15% según se menciona-, pues al excluir, como debe ser, ese porcentaje que según se desprende del texto ya manifestó su intención de abstenerse, los resultados al día de hoy serían los que se muestran a continuación:



Si al 15% anterior se le suma el 19% que dice la periodista "no sabe por quién votar o no responde a esa pregunta", se obtendría un universo incluso menor para el cálculo, y la cifra que obtendríamos de esta suma coincidiría con el abstencionismo que se ha venido presentando en las últimas elecciones, alrededor de un 34%. Si esto fuera así, el resultado de la encuesta se vería de la siguiente manera:



Esta es la forma correcta en la que se deben leer los datos de las encuestas si lo que se quiere es saber con algún grado de certeza cuál podría ser el resultado de las elecciones. Solo así podremos discutir rigurosamente sobre la posibilidad de una segunda ronda, las tendencias que se están presentando y concluir lo que se quiera. La validez de esas conclusiones es, como dice mi esposa, enano de otro cuento.