Twitter

sábado, 29 de septiembre de 2012

Empleo, desempleo, ¿cómo estamos?



Los datos de la Encuesta Continua de Empleo realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos indican que mas de 190,000 personas han conseguido un trabajo en el año que va de junio del 2011 a junio del 2012. ¿Por qué entonces crece la cantidad de personas sin empleo, como lo reportan algunos medios de comunicación? ¿Por qué crece la tasa de desempleo, como lo reportan otros? ¿Son 190,000  nuevos empleos muy pocos? ¿Significa que las cosas están mal?
Responder a estas preguntas requiere una breve explicación sobre algunos elementos sin los cuales es imposible emitir un criterio informado. ¿Cuántos trabajos debe producir una economía en un año? La respuesta es compleja pero puede resumirse así: debe generar una cantidad de empleo tal como para que quienes lo hayan perdido lo recuperen y para que quienes buscan por primera vez lo encuentren.
Pero aquí la cosa se complica porque la cantidad personas que perdió su empleo y las que buscan trabajo por primera vez varía año con año. Cuando el país se viene recuperando de una crisis, como es el caso de Costa Rica, habrá muchas mas personas que estén buscando recuperar su trabajo, el que perdieron precisamente durante la crisis. Pero también es cierto que cuando la economía de un país está creciendo, como también es el caso de Costa Rica, mas personas salen a buscar trabajo con la esperanza de que lo van a encontrar. Ambos fenómenos se han estado dando en los últimos meses y se han juntado para crear una situación muy particular como la que refleja los datos de la Encuesta.
¿Y qué es lo que ha pasado en los últimos meses? Mucha de la gente que perdió su trabajo con la crisis de los años 2008, 2009 y parte del 2010 lo está recuperando. Pero además decenas de miles de personas se han dado cuenta que la economía se está recuperando y que este es un buen momento para buscar trabajo con posibilidades de encontrarlo.
De junio del 2011 a junio del 2012 mas de 220,000 personas salieron a buscar trabajo, un aumento del 5,6% respecto a la cantidad de personas que buscaban trabajo en junio del 2011. Este porcentaje de aumento representa casi 6 veces la tasa de crecimiento de la población del país en un año, que se estima en un 1,1% anual. En el caso particular de las mujeres, aquejadas por un desempleo mayor, un 8.7% mas que el año pasado salió a buscar empleo. En un año “normal”, el aumento de la cantidad de personas buscando trabajo hubiese sido mucho menor, mas cercano a la tasa de crecimiento de la población. Pero de junio del 2011 a junio del 2012 la cantidad de personas buscando trabajo creció casi 6 veces mas de lo que creció la población total. Esta es una demanda inusual de trabajo, que sin embargo la economía casi pudo satisfacer en su totalidad.
Una gran proporción de estas miles de personas consiguió trabajo, gracias a un crecimiento en la cantidad de empleos disponibles que representó un aumento del 11% en el periodo de junio del 2011 a junio del 2012. Tenemos entonces una situación en la que se creó una de las cantidades de empleo mas grandes de los últimos 20 años, que fue aprovechada por decenas de miles de personas que se dieron cuenta que había posibilidades y salieron a buscar. La diferencia entre los 190,000 empleos creados y las 220,000 personas adicionales buscando trabajo, es lo que explica el aumento de la cantidad total de las personas desempleadas en 30,000, como lo han informado algunos medios. Pero sin duda el balance final es a todas luces positivo.
En cuanto al aumento del desempleo del que dan cuenta algunas informaciones periodísticas, este se obtiene al comparar la tasa de desempleo del II trimestre del 2011, 9,8%, con la del II trimestre del 2012, 10,2%. Pero aquí  también es importante mostrar la tendencia del desempleo: lo que los datos nos dicen es que ha venido bajando desde un pico de 10,9% que se dio en el tercer trimestre del 2011, a un 10,2% en el II trimestre del 2012. Es decir, en tan solo 9 meses, el desempleo ha bajado casi un punto porcentual.
Los datos de la Encuesta, así como el crecimiento económico que ha venido experimentando el país nos permite ser optimistas.  La situación internacional todavía puede causarnos problemas, pero por ahora parece que la economía seguirá produciendo mas trabajos, aunque posiblemente no tan explosivamente como hasta ahora, lo que permitiría disminuir aun mas la tasa de desempleo y aumentar el ingreso de las familias costarricenses. Seguiremos trabajando para que esto sea así.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Desigualdad salarial en el sector público


El Gobierno de la República ha presentado para su análisis y debate una propuesta que tiene como objetivo ordenar el otorgamiento de incentivos salariales en el sector público. Lo hace porque un examen de la situación de los salarios en la administración pública no solo revela desigualdades inaceptables en las remuneraciones que reciben los funcionarios públicos, sino además una desnaturalización del propósito de los incentivos, los que supuestamente deberían servir para estimular la excelencia en el desempeño laboral en las instituciones de Gobierno.

Un estudio elaborado por la Contraloría General de la República permitió identificar algunos casos que ilustran las abismales diferencias salariales que se están dando en este momento en la administración pública. Mientras un oficial de seguridad en una institución pública gana doscientos cuarenta y ocho mil colones al mes, otra persona, con responsabilidades y preparación similares, gana seiscientos tres mil colones en otra institución del mismo sector público. Un jefe de unidad gana ochocientos veintidós mil colones en una institución, mientras que por las mismas responsabilidades otra persona devenga un salario mensual de casi tres millones colones. Ejemplos como estos abundan en la administración pública, e ilustran la gran inequidad salarial imperante en este sector.

Pero no solo se trata de diferencias salariales. Mientras muchas instituciones conceden como auxilio de cesantía los 8 años definidos en el Código de Trabajo, en otras este tope varía a 12, 15, 20, y 25 años, llegando incluso en algunas instituciones a no tener ningún tope. No hay ninguna razón que justifique estas diferencias.

Estas desigualdades resultan de la diversidad de sistemas salariales existentes. En las instituciones públicas que generan sus propios ingresos se tiende a conceder mas incentivos –y no solo salariales-, a sus funcionarios, mientras las que dependen de transferencias del Ministerio de Hacienda no tienen la misma posibilidad (aunque esto no significa que no hay de todo). Pero en general, la importancia relativa de los incentivos como porcentaje del gasto total en salarios en las instituciones públicas ha venido aumentando, al punto que supera el porcentaje del gasto dedicado a remuneraciones básicas. Hay instituciones en donde del total del gasto en remuneraciones un tercio se dedica a sufragar salarios base, mientras que se utiliza casi la mitad para pagar incentivos.

La estructura salarial en la que la mayor parte del ingreso de los funcionarios públicos proviene de incentivos hace que el crecimiento del gasto total de las instituciones en este rubro sea muy alto. Cuando una institución concede un aumento calculado sobre el salario base, como resultado del efecto multiplicador de los incentivos salariales el porcentaje de aumento que finalmente recibirá el trabajador será más alto que el porcentaje que se quiso otorgar. Al calcular algunos incentivos –por ejemplo la anualidad-, a partir del salario base, un aumento resultará automáticamente en un aumento de lo que se recibe por concepto de cada incentivo. La suma de todos estos ajustes termina siendo superior al porcentaje de aumento original.

 La situación descrita anteriormente significará que el gasto en salarios de las instituciones públicas crecerá a un ritmo mayor al del porcentaje de aumento concedido. Una estimación de MIDEPLAN indica que de continuar esta tendencia de crecimiento, para el año 2016 el Gobierno podría estar dedicando un casi un 60% de sus ingresos corrientes en el pago de planillas.

Lo cierto es que los incentivos salariales perdieron su naturaleza de estímulo al trabajo cuando se comenzaron a otorgar indiscriminadamente y sin relación con el desempeño del funcionario. Rescatar esa característica es lo que se pretende con esta propuesta. No se trata de eliminar incentivos, se trata de racionalizarlos  y de homologar los principios, ámbitos y proporciones que deben regir para todo el sector público, respetando estrictamente los derechos adquiridos. Este es un debate que no debe posponerse y que todos los actores involucrados deben asumir con una gran madurez y responsabilidad.