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sábado, 19 de enero de 2013

Yo sí tengo derechos, aunque no debería tenerlos

Yo no debería tener derecho a visitar a mi esposa en el hospital, porque no podría ser considerado familiar cercano. Tampoco debería haber podido construir mi casa, porque el banco no debería haber aceptado que mi esposa y yo fuéramos codeudores para poder pedir un préstamo. Mi esposa no debería ser beneficiaria de seguros o mutualidades, o tener la posibilidad de tomar decisiones por mí en caso de enfermedad.

Resulta que me he casado dos veces. La primera vez lo hice por la Iglesia, por lo que mi matrimonio actual no es reconocido como válido. Pero, aunque no debería tener esos derechos, los tengo. Y la única razón que aparentemente existe para justificar que los tenga, es que soy heterosexual. Pero no dejo de pensar que los argumentos que oigo para oponerse a la aprobación del proyecto de sociedades de convivencia podrían aplicarse perfectamente a mi caso.

Ojalá que ahora que se va a reiniciar la discusión de este tema en la Asamblea Legislativa por fin se de el paso de reconocer derechos a un segmento de la población que actualmente no los tiene. Porque de eso es lo que se trata este tema, de derechos que deben ser para todos. Incluso para los que nos hemos casado dos veces.