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domingo, 24 de noviembre de 2013

¿Entre los mas felices del mundo? ¡Desde hace tiempo!

Hace poco mas de un año, escribí en este blog sobre el tema de las mediciones alternativas de bienestar que se han venido elaborando en el mundo desde hace ya varios años, y en los que Costa Rica aparece regularmente en los primeros lugares. Estas mediciones quieren superar las limitaciones de indicadores como el PIB per cápita, utilizados como parámetro para medir el grado de progreso de un país, y mas bien tratan de centrarse en lo que debería ser el objetivo final de cualquier proceso de desarrollo: que la gente sea feliz.

Al momento de publicar mi entrada en el blog, la periodista Vanessa Loaiza del periódico La Nación encontró que mi reflexión sobre el tema no era apropiada para el momento que vivía el país en esos días y publicó una intencionada nota que desató a una gran polémica y me valió no pocos insultos y comentarios en redes sociales, algunos de los cuales fueron reproducidos por la periodista en su nota publicada en la edición impresa del día siguiente.

Eso motivó que hiciera una segunda reflexión sobre el tema en mi blog, en donde quise aclarar algunos elementos sobre todo metodológicos, con la esperanza de que se pudiera entender que lo que yo estaba diciendo no tenía nada que ver con el Gobierno, ni la percepción que tuviera la gente sobre la labor del Gobierno, y que el bienestar que la población costarricense siente, confirmado incluso meses después por una encuesta que hiciera a finales de año pasado la UCR, en donde 9 de cada 10 costarricenses se declaraba feliz, es un hecho objetivo que deviene de una serie de condiciones que nos hace una sociedad realmente particular y excepcional.

Por todo esto es que leo con gran satisfacción el artículo de Cristian Cambronero publicado en la Revista Dominical de La Nación titulado "La felicidad en serio". El artículo reconoce la seriedad de lo que se ha venido trabajando en materia de medición alternativa del bienestar,  y reivindica la felicidad, "entendida como el ansiado estado de bienestar  integral de la persona y de su comunidad" como un principio presente "desde la filosofía a la economía, de Aristóteles, a Russell, a Stiglitz pasando por Thomas Jefferson, que ya en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos planteaba la "búsqueda de la felicidad" como derecho inalienable del hombre".

La felicidad, "medida" a partir de un conjunto de indicadores diferentes a los econométricos, como reflejo del nivel de bienestar que una sociedad ha sido capaz de construir colectivamente, es un parámetro mucho más válido para la elaboración de políticas públicas que algunos de los que hemos venido utilizando. Algo hemos venido haciendo bien como sociedad para que Costa Rica aparezca una y otra vez en los primeros lugares de mediciones de felicidad.

Cambronero termina su artículo con la siguiente reflexión: "En nuestro caso, tal vez es hora de hacer las paces con el título de “el país más feliz del mundo” que, infelices, muchos asumimos con chota y sarcasmo en su momento. Y decidir el camino no solo a partir del ¿qué y cuánto vamos a ganar?, sino del ¿cómo nos vamos a sentir?"

De eso se ha tratado siempre. Y la incuestionable realidad, confirmada una y otra vez por diferentes mediciones de este tipo, es que Costa Rica regularmente se encuentra en los primeros lugares. Conscientes de los retos, de los errores, quejándonos sin cesar, pero felices. Y así somos desde hace tiempo, aun cuando a algunos, insisto, eso los haga infelices.